Nuestra historia
La historia de Fulanito & Menganita es mi historia, la historia de Claudia
Primer lunes de mi nueva vida
Porque detrás de esta marca, estoy yo, Claudia (o Menganita como me conocen ya muchos clientes). Maña, diseñadora de profesión y amante de las manualidades, desde pequeña quise ser inventora. Inventora de cosas, de historias, de momentos. Siempre estaba ideando cosas nuevas, y eso no ha cambiado con la edad.
Después de trabajar en diferentes empresas e intentar sacar adelante mi proyecto empresarial como diseñadora gráfica de forma paralela a mis trabajos, en 2013 me quedé en el paro. Aquello fue como una liberación, un punto y a parte, para poder comenzar a hacer lo que de verdad me apasionaba.
Y aquella nueva vida me pilló ayudando a mi mejor amiga a organizar su boda, de hecho en esa foto estoy diseñando sus invitaciones. No encontraban nada que les gustara en el mercado y yo había diseñado alguna invitación de boda para algunas parejas conocidas. Ya hacía un año, en 2012, justo cuando empezaba a salir con Aitor (Fulanito), que mi padre se había casado en una boda súper íntima y preciosa a orillas del Mediterráneo y, adivinad quien se había vuelto loca preparando sorpresas y detalles para los novios. Así que, en mitad del 2013 yo ya estaba sumergiéndome de lleno en el maravilloso mundo nupcial.
En este tiempo me dediqué a formarme y reciclarme en herramientas de diseño gráfico. Llegó 2014, y organicé mi propia boda. Aquello fue un antes y un después en mi vida, por lo obvio y por todo lo que supuso en lo que después sería Fulanito & Menganita.
En esta boda TODO era fabricación propia, y cuando digo todo, es todo. Ese ramo también lo hice yo con fieltro, plumas, tul y mucha paciencia.
A esas alturas yo ya estaba a tope con mi proyecto de diseñadora para empresas, era autónoma y tenía algunos proyectos encima de la mesa, hasta tenía un despacho compartido en el World Trade Center de Zaragoza. Pero la vida es muy graciosa, y en vez de más empresas, empezaron a llegarme peticiones de invitaciones personalizadas. Así que separé líneas de negocio, por un lado las empresas y por otro, las bodas. Y así nació Fulanito & Menganita.
A partir de ahí F&M comenzó a crecer, así que nos mudamos a un pequeño despacho para mí sola en la calle Blancas en Zaragoza. Aitor y yo lo pintamos y decoramos para tener un espacio precioso que me hacía ultra feliz cada mañana al entrar allí.
Un año más tarde, en 2016, Chus, mi compañera en la anterior empresa, decidió montar su propia agencia de viajes y nos fuimos juntas a un despacho más grande. ¡Hacíamos un equipo muy guay! Organizábamos bodas completas, ella actuaba como maestra de ceremonias y les organizaba la luna de miel, yo montaba la decoración, las mesas dulces, me encargaba de las invitaciones y los detalles para los invitados.
Aquí antes de empezar una ceremonia.
En 2017 Aitor tuvo una oferta en su trabajo para cambiar de ciudad y decidimos hacer las maletas y marcharnos a Tarragona. Mudarse de ciudad nunca es fácil, pero si además de la casa tienes que trasladar el negocio, es como ser acróbata en un circo de tres pistas.
En aquel momento sentí que tenía que empezar de cero, porque aquí, en Tarragona, no me conocía nadie. Habíamos tenido bodas todos los fines de semana en los últimos 2 años en Zaragoza, había parejas que venían a verme porque yo había diseñado las invitaciones de boda de sus amigos y me habían recomendado. Pero una vez en Tarragona la cosa no terminaba de arrancar.
Así que decidí centrarme más en la página web, renové por completo la tienda online y añadí nuevos productos, regalos personalizados y fáciles de adquirir desde cualquier punto de España. Realizados con el mismo amor que siempre le he puesto a todo lo que he hecho, elaborados a mano por mí. Y empezamos a enviar detalles menganiteros a toda España.
Cuando todo el esfuerzo empezaba a dar sus frutos, llegó 2020, el Covid, el confinamiento y la cancelación de todos los eventos :( Hice malabares, trasladé todo el equipo a casa e intenté, como todo el mundo, que el Covid no arrasara con mi empresa.
Y en 2021 llegó el último cambio vital y, de momento, el más importante, fui MAMÁ. Menganita tuvo un mini Menganito. Un embarazo que prácticamente no compartí ni en redes, ni casi con mis amigos, porque me pasé casi todo el embarazo entre mala y asustada.
Hubo que dar una vuelta más al negocio, reestructurarlo, cambiar horarios, formas de trabajar… Tuve que dejar de atender de forma presencial a los clientes, he dado prioridad a la web y a la comunicación online.
Y aunque ya no os atiendo en persona, quiero que cada uno de vosotros me sintáis como si nos estuviéramos viendo en vivo en directo.
Sé que no es fácil, para mí tampoco lo es, pero estoy segura de que va a ser una nueva etapa de Fulanito & Menganita, preciosa e igual de intensa o más que todas las anteriores.
¿Me acompañas a disfrutar de las fiestas, las bodas y cualquier momento que se pueda celebrar?